Puede haber muchas maneras de llamar al "dolor del alma", pero ningún nombre se acerca a lo que se siente en esa situación.
En mi caso, cuando esto ocurre, primero estoy vacía, después me inundo de tristeza, y cuando ésta se desborda dejando un húmedo sendero salado por todo mi rostro vuelve un vacío que da paso a la ansiedad. La cual intento matar a golpes de comida. Sobre todo comida basura.
Una tras otra caen las tabletas de chocolate, las magdalenas, las bolsas de patatas fritas, los cereales, los frutos secos... y cuando ya no puedo más porque la ansiedad se torna en angustia un enorme sentimiento de culpa se hace hueco en mi cabeza, dando "de comer" (y nunca mejor dicho) a este dolor primero.
Concluyendo con una agonía mayor que la que intenté saciar con comida, y sin poder hacer nada, porque he acabado con las reservas de alimentos de mi despensa.

Y después dicen que el ser humano es inteligente.

¿Seré yo una excepción?

¿O esto me pasa por ser un puerco purpúreo?

Etiquetas: comida